Es
Todo el tiempo para mí, como si no hubiera pasado, cual ningún lazo en otro lugar, como la vida ahí y ahora, por lo menos en un tiempo breve, de varios días y noches.
Ámsterdam: que hablando inglés, el idioma …
He reflexionado sobre mis escritos “añorálgicos” si se me permite usar esta palabra inventada. ¿Cómo hablar del presente? Me pregunto y me respondo: la mejor forma es la poesía, la poesía es presente, la música siendo música (ejecutada en vivo) es presente, aunque sean piezas del pasado, ocurren ahora. La vida efímera del instante este. El presente al que acuden los ascetas, el budismo, la meditación. La idea del tiempo es una concepción solo desde el presente. El presente no tiene categoría, es la vida misma, solo si acudimos al ruido mundano, esa especie de inteligencia que no es inteligencia para con la propia inteligencia de la vida, que consiste en el hacer caso a cada nudo psicológico del pensamiento, a cada fractura o hallazgo entre las relaciones interpersonales, a la politiquería por ejemplo (es cierto que hay que estar informados, despiertos, con un criterio y con una participación y permítanme abusar del verbo -inteligente)
El asunto social puede distraer estar en parámetros de dudosa veracidad, es subjetivo, el presente artístico es preciso (y cuando bien logrado) incuestionable. Por ejemplo decía mi maestro Ricardo Yáñez, “uno entra en Guadalajara a ver las pinturas de Orozco y el tiempo parece detenerse”, uno escucha a Cesárea Evora y una especie de embriaguez de presente nos invade, no así con los tumbados, los “sonsontones” tan atractivos por rítmicos y tan primitivos, tan permisivos, tan poco estilizados para nuestra apreciación.
Sin embargo el tiempo es evidente en nuestro estuche’, en nuestro cuerpo que ya no es niño, nuestra mente que perdió su infancia (no en todos los casos) que se marchita al creerse madura y ¿qué pasaría si vamos al pasado como en las películas?
Fui al pasado
Le dije al que fui: te va a ir a todo dar…
Fui al pasado, con la gente que ya no está y ahí estaban aquellos amores,
nos abrazamos, rompí una piñata con figura del “Pato Lucas”,
vestía con mi traje de sastre coordinado,
de niñito de familia.
Fui al pasado y le dije a ese que fui: te va a ir a toda madre, andarás batallando contigo mismo,
con tus vicios, torpezas, con tu información genética,
pero estarás muy bien, me dije,
y añadí, te lo digo porque lo sé, porque ya estoy grandecito,
estarás muy bien,
te sobrarán buenos motivos,
harás un recuento, dejarás atrás heridas, amores,
cometerás muchos errores, benditos errores.
Hoy regresé al presente, al futuro no he podido ir ni en sueños,
solo al presente,
allá en el pasado hay tanto llanto, tanto llanto, tanto llanto
que lo ha compensado con creces, toda la felicidad y tanto amor de un solo instante.