Es
Todo el tiempo para mí, como si no hubiera pasado, cual ningún lazo en otro lugar, como la vida ahí y ahora, por lo menos en un tiempo breve, de varios días y noches.
Ámsterdam: que hablando inglés, el idioma …
Todo el tiempo para mí, como si no hubiera pasado, cual ningún lazo en otro lugar, como la vida ahí y ahora, por lo menos en un tiempo breve, de varios días y noches.
Ámsterdam: que hablando inglés, el idioma universal que nunca he hablado, con gente que tiene un departamento, alfombra, destapar corchos para el vino. Beber cerveza de la buena, el frío y andar cantando canciones mexicanas por los pasillos, que nos ven con coraje o tal vez envidia de nuestra diversión, la nada discreta y tal vez un tanto invasiva, qué sé yo, quizá, que quisieran estar con nosotros porque reímos. La pelirroja, el español, la de los balcanes, el mexicano y la (que pareciera, no estamos seguros) rusa.
Una luna gigante, desde el cielo que parece que nos persigue y una guitarra que nos acompaña, que parecemos rondalla borracha entre callejuelas y callejones, que abastecemos de cervezas y que cantamos mucho, que subimos y cantamos más, que prenden hierba, que se humedecen los ojos, que reímos, que parece que todo el sentir está ahí, que parece que así debería ser la vida, que parece que somos fugaces. Fugaz, es.
Foto de Artem Shuba en Unsplash