E, en el recreo estaba acostado en pleno sol, en una rampita, ahí les agrada bastante deslizarse a los pequeños, han de creer que es una resbaladilla, porque las dimensiones a esa edad resultan mágicas y colosales.

A veces E, habla con mucho coraje y amenaza a sus compañeros, con frases como “yo te mato” o “le diré a mi tío que te mate”
Para mi cuando un niño demuestra una conducta así, está pidiendo ayuda.

Esa mañana E, estaba acostado en la rampa y me ve y me dice sonriendo, -estoy cantando, -oh sí, contesto, ¿qué estás cantando? la de Peso Pluma me dice, -¿sí? le digo y qué dice esa canción -la puede buscar en su celular, o en YouTube me dice, -ok, pero me gustaría que me la cantaras, a ver cómo va.

El niño tartamudea un rato y luego dice “que Peso Pluma tiene un compa”, ah ok y ¿qué más? -que paren a esa morra, me sigue diciendo y le pregunto - ¿qué paren a esa morra? explícame, -a una mujer, me dice y se acaba el recreo, entonces le pregunto, ¿te gustan mucho? - ¿qué?, responde -las canciones -sí, las de Peso Pluma.

Hace poco leí la noticia de un pequeño que se suicidó, porque no lo dejaron oír al mencionado personaje de los corridos tumbados. En clase de música, E, no quiso o no logró trabajar, porque además de tener problemas de lenguaje, presta poca atención.

Cuantos niños piden ayuda y es difícil si no están los papás sintonizados con la mejora, si no alcanzan a comprender. Hace unos días comentaba a padres de familia que la cultura es para todos y que esos, nuestros pequeños son esponjas, igual que aprendieron el idioma español por haber nacido en un lugar donde se habla español, (les ponía un ejemplo, quizá obvio, pero profundo) si hubieran nacido en Estados Unidos hablarían inglés. Entonces ¿qué les enseñamos con la música día a día? ¿qué aprenden en su entorno? ¿qué pasaría si en su día a día, tuvieran una riqueza afectiva e intelectual?, con música, no solo “divertida” en realidad es un mensaje constante de agresividad, de machismo, de excesos, de relaciones frustradas, de ira, de despecho, una forma de vida lamentable, que se ha normalizado.

Por supuesto que en un mal ambiente la música clásica no resuelve todo, cuando las condiciones y el contexto rebasan o están lejos de nuestro alcance, sin embargo, creo que simplemente ayudaría y daría la pauta para salvar y rescatarlo a través de sus emociones, ya que todo pequeño o pequeña necesita una solidez que viene desde el cariño, el sentirse escuchados, en fin, la atención.

Desde luego que a mi también me gusta la diversión, el relajo, me gusta el rock y la actitud rockera, sin embargo, muchos niños no tienen la opción de elegir y me temo que muchos adultos, ya tampoco eligen, ya se rinden ante la música que les da el sistema, la industria, porque la otra les da sueño, les resulta aburrida, porque no divierte (porque tiene el defecto de sí ser música) es decir, se ha perdido el sentido de distinguir entre lo que forma y lo que siembra a lo que es solamente amenidad, simple recreación, tan atractiva como la comida chatarra, que no nutre, pero sí quita el antojo o como confundir leer con educarse con televisión, redes sociales, con plataformas de video, con face, con TikTok, con insta, que es, como ya debe quedar claro, una simple recreación que puede causar un mal irreversible, si le soltamos a los niños esa información y se “forman” o se mal forman oyendo y viendo pura chatarra industrializada.

Así, sin un sustento emocional, sin un sustento para el intelecto, es como un edificio sin cimientos, y que, al crecer desordenadamente, tendrá problemas para aprender, para controlarse, para discernir, para ser pleno y feliz y luego vienen las estadísticas, las filas de la delincuencia, los arrebatos de violencia en las escuelas y escenas de horror, por un mundo que ha sido devorado por su propia miseria en medios de comunicación, en política y en fanatismos y toda clase de manipulación que nos lleva a la involución total.

Es por eso que los artistas, hemos sido resistencia, porque todas las tendencias han sido avaladas por los más frívolos estándares, para que un puñado de poderosos sigan y sigan haciendo y deshaciendo a sus anchas.

No es tarde. Qué pasaría entonces si ese niño escuchara a Mozart mientras su mamá barre, a Beethoven en la comida a Debussy de fondo en sus tardes y si les parece mucho, qué pasaría si escuchara a muchos músicos para niños que han dado tanta belleza y dan aprendizaje a través de un lenguaje cercano a ellos.

E, seguro, tendrá muchas posibilidades, a tiempo está y pide ayuda, esperemos que todos, sociedad, el de la tiendita, el doctor, el profesor de música, el equipo docente, el empresario, la comunidad, el mundo entero se empiece a poner las pilas de una vez por todas.

Foto de Bambi Corro en Unsplash