Todos los días me acompaña y ya se hizo habitual, aunque no siempre lo tengo presente, dialoga conmigo, su intromisión es bienvenida y francamente no me siento solo con él, cada instante anda conmigo, veo todo y ahí está, no es que lo vea, pero está. Me levanto, por ejemplo, una mañana cualquiera, me preparo, lavo mis dientes, hago un café y suele cantar, muy quedito, porque nadie lo oye, pero yo sí lo escucho, canta y me dice, cosas como, es hora de comprar café, luego me dice, de la nada, ey, calma, no hay porque ponerse triste, ¿ya lo notaste? suele aconsejarme, -quiérete y lo escucho, le hago caso, no lo ignoro, pero tampoco le doy mucha importancia, luego camino hacia el auto y me dice, -no has verificado la gasolina y el estado del automóvil y allá voy, prendo la radio, le cambio, oigo que si las elecciones, que si el crimen, que las inversiones, me aburro y le cambio y sigo y me dice, -vas bien, precaución en la vuelta y sigo, me recuerda cosas como, -llámale a tu mamá, pregunta por tal asunto y luego toco el piano y me felicita y me dice, -a veces pareces pianista, qué buen ejercicio cerebral y sonríe conmigo. En fin, es buen amigo, siempre me dice ámate, no dejes de hacerlo, -es muy bueno y es fácil y si te amas, amas a otros y te cuidas.

No siempre fue así mi relación con el desconocido, siempre ha estado conmigo, sin embargo, hace tiempo no advertia su existencia, sólo me llenaba de tristeza, coraje o frustración y lo maltrataba, pero ahí seguía y luego despertaba del letargo y me decía, -qué buen ángel de la guardia te traes, arregla lo que puedas este desorden y, obvio él no es ángel de la guardia, pero es en esencia, el que me hace recordar o mejor dicho, puede ser, incluso mi memoria. A veces me dice, -te equivocaste, donde traes la cabeza, lo dice con franqueza y con amor cuidadoso y luego me vuelve a decir, -vas bien, así es la vida y me aconseja, también así, dile a tus alumnos que equivocarse es la posibilidad de resolver, si tocan y se equivocan, que sigan, la música es presente y ya intuyo al tal desconocido, como alguien muy confiable que siempre voy descubriendo, es totalmente buena onda, me lleva a ver el mar con ojos de niño, me pone a ver el cielo vivo, sí, el cielo inmenso y vivo, lo vemos juntos y hacemos comentarios estelares, es muy lindo saber que le interesa lo mismo que a mi, le digo, mira aquella estrella diminuta o ¿será astro? parece próxima a esa otra luz, sin embargo hay años luz y asiente, se llena de júbilo conmigo, me contesta, -algunas tienen vida, otras son la luz que quedó de lo que fueron, veamos el cielo decimos y así, comentamos todo. No sé si un día lo llegue a conocer, no hace falta, es mi amigo ya, sólo me place saber que es una buena compañía y siempre está conmigo, aún cuando (en el supuesto y en el posible real) me dejan de querer algunos amigos y amigas y las tristezas acechan, en un mundo individualista, que ha promovido veladamente, la falta de amor propio y la negación y la herejía a lo grandioso que es todo, fuera y dentro de nosotros.

Feliz domingo.

Les dejo esta grabación totalmente informal, de un video que grabé de una canción recién compuesta:

Fe

Abrazos y gracias por leer.

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Foto de Marcos Paulo Prado en Unsplash