Es
Todo el tiempo para mí, como si no hubiera pasado, cual ningún lazo en otro lugar, como la vida ahí y ahora, por lo menos en un tiempo breve, de varios días y noches.
Ámsterdam: que hablando inglés, el idioma …
En materia de música y mi andar musical, a grandes rasgos, pues es difícil recordar todo. ¿Qué pasó este año? Pasaron muchas, muchas horas, como diría José Alfredo y casi todas muy buenas, mi hija Camila lanzó su primer sencillo, una canción mía que yo produje musicalmente, canté en muchos cafés, cumplí 50, hicimos un festejo en petit y al público, donde se reunieron (y que honrado, agradecido y dichoso soy) los más grandiosos cantautor@s del país, o sea, David Haro, Rafael Mendoza, Mauri Ele Huex, Leticia Servín, Camila Merchant y Juan Pablo Villa, (están algunos audios en Spotify y todo el concierto en YouTube), me operaron, regresé a San Francisco California después de que la pandemia detuviera mi acostumbrado periplo, canté varias veces en Tonalá, invitado por La Señora Tere, hicimos con Cecilia Beltrán y Ulises Pinzón la “Peña de Octubre” que desde hace muchos años no se hacía, mi canción “Plegaria” fue cantada en muchos lugares, viajé a Austin y dimos un hermoso concierto, logré (con ayuda del contador y músico Eleazar Gastélum) liberarme del terror de impuestos desmedidos que me traían medio medio, pude venir a ver a la Doña Ofe y acá estoy en Topolobampo para cerrar este año en el que he decidido además, ser más selectivo con mis tocadas y conciertos.
No estuvo mal, si considero que soy, (somos) sobrevivientes del desamor implantado en medios y gobiernos, no solo locales, si no globales y aportamos mucha belleza en tiempos así, ya que juegan con ventaja los trogloditas del planeta, nada mal para seguir resistiendo y ver que estamos a prueba de todo terreno, en el cual la esperanza es y será estar y vivir en comunidad, nada mal, cuando en este sistema insolidario y competitivo, algunos medran su propio talento, en pos de colocarse y tutearse con los que juegan a la frivolidad, hasta con la memoria, si es que la tienen. Nada mal, cuando no siendo perfectos, nos seguimos amando y cuidando como en las cavernas de las tormentas.
Que siempre hay algo que arreglar, parte de la vida, que unos vienen y otros van, parte de la vida y como canta Paez, parte del aire, elegir qué ver y qué ser, ahí radica el éxito personal, interno, contar a los amigos y no olvidarse de amarse a uno mismo para poder amar todo.
Regadas, no me acuerdo, hay algunas milenarias, que quizá se arreglen con un abrazo, rencores, ni mencionarlo, tener rencor es estar enganchado a un abismo con falsos ganchos, coraje del bueno, sí existe y me hace sacar las narices y nadar o como Clodomiro “defenderme como gato panza arriba”, coraje del malo, vive en nosotros, por ejemplo, cada vez que un hijo de su tal por cual, no deja que uno se meta a la fila del tráfico en la conducción, tristezas, son parte de este juego, luego ¿cómo hacer buenas canciones?, si uno nació y rodó cuando se hizo “adulto”, despedidas, me siento tan afortunado de no creer en ellas.
¡Deseémonos pues feliz año 2024!
Desde La Bahía de Topolobampo, Sinaloa.
Les voy a dejar dos versiones de “Estar contigo” y una en Spotify díganme allá en mis redes, qué les parecieron. Les abrazo mucho mucho.
¡Mucho!